No tengo idea de que escribir en este post, pero necesito que las ideas fluyan antes de fin de año. Alguna estupidez debe salir de mi cabeza, algo que sea interesante y novedoso, pero no sale!!!! Con todo, voy a aprovechar el hecho de que me decidi a abrir la ventana de edición y ver que me sale para expresarle al mundo.
Si vieron mi último link, el que promovía un documental llamado Zeitgeist en el cual criticaba mucho a este nuevo pais en el que vivo, por ser unos facistas, explotadores y manipuladores. (Cuyo productor desaparecio misteriosamente, y ahora esta muerto quien habra sido) Me doy cuenta de la coartada que esta la liertad de expresión en un país que se supone ser libre. Y ahora que esto es lo que me ha salido del ... ya se de que se tratará este último post del año.
Una imposible mañana de invierno, en una estación bien conocida, un hombre al que no conozco, con abrigo y dos violetas en el ojal, quería demostrarme que los hombres son felices, que la vida es grande y que el mundo es bello. Yo lo escuchaba con interés, sacudiendo a cada momento la ceniza de mi cigarrillo, que se consumía al viento sin que nunca me lo llevara a la boca. Lo escuchaba y sonreía, y el Hombre que no conozco se acaloraba cada vez más y ya del humour pasaba al sentimiento, al entusiasmo, al delirio. La fuga de sus rápidas palabras, escurridizas, duras, como acabadas de fundir, como acuñadas de nuevo en algún sitio, hacía poco tiempo, me llenaba de una embriaguez muy parecida a la que da el champaña. Algo picante y saltarín; una necesidad de abrazar y de llorar, de bailar, de reír a pequeños impulsos.
A un cierto momento, su voz dijo:
- Piense, caballero, piense en la grandeza del progreso que se realiza bajo nuestros ojos, en el progreso que lleva a los hombres del pasado al futuro, de aquello que ya no es a lo que no es todavía, de aquello que se recuerda a aquello que se espera. Los salvajes no prevén el futuro, no piensan en lo por venir; no prevén y no previenen. Pero nosotros: nosotros, hombres civilizados; nosotros, hombres nuevos, vivimos para el futuro y gracias al futuro. Toda nuestra vida está dirigida hacia lo que tiene que venir, está construida en vista a lo que sucederá. Nuestros hombres consagran el hoy al mañana, siempre, cada día que pasa al mañana que pasará, respetuosamente y valerosamente.
Este enorme progreso del espíritu profético es lo que hace desvanecerse los peligros, que nos da fuerzas, que hace descubrir nuevas posibilidades, que nos convierte en dueños de la tierra, del mar y del cielo, y de una cosa que vale más que todo eso, caballero: ¡nosotros mismos!
¡Un ataque terrorista! Se ha escuchado a las 23.31, el Ecuador se ve afectado y Colombia justifica sus actos, se ha violado la soberanía y una batalla fronteriza esta a punto de iniciar, con la tierra como campo de batalla.
Simultáneamente un torpedo ha chocado en las costas de Holanda, e Inglaterra es la responsable del ataque. Finalmente Japón ha lanzado un satélite en su intento por controlar el espacio, mas Estados Unidos quiere mantenerse como la primera potencia mundial y lanza un cohete con el mismo objetivo, la batalla espacial ha comenzado.